Cuando fue anunciado el pasado mes de mayo, el álbum de debut de Camila Cabello respondía al solemne título de “The Hurting. The Healing. The Loving”. Más tarde, pasó a llamarse solamente “Camila”, aunque la reafirmación ha terminado estando de más: “Havana”, ese hit global, una especie de son elegantemente tuneado con Young Thug de invitado, ha convertido a la cubano-estadounidense en nombre propio tras su etapa girl-band en Fifth Harmony. Sin embargo, el single bandera de Cabello no es, en realidad, un termómetro fiable del disco, que no se deja llevar por la corriente “Despacito”. Con el viento soplando a favor de los sonidos latinos y caribeños, únicamente la propia “Havana”, la reguetonera “She Loves Control” e “Inside Out” conectan abiertamente con las raíces de la veinteañera, camaleónica a lo largo de todo este “Camila” que (oh, novedad) no está atiborrado de sencillos ya trillados. En lo acústico (“All These Years”, “Real Friends”) y en lo hiperproducido (“Into It”, “In The Dark”), alejada prácticamente siempre de la pista de baile y sin contar con un chorro de voz a lo Beyoncé o Ariana Grande, su fórmula, pese a no ser precisamente genuina, funciona hasta completar uno de los primeros grandes ejercicios pop de la temporada. Entretenidísimo, emocionante y, lo que es más importante, prometedor.
Cuando fue anunciado el pasado mes de mayo, el álbum de debut de Camila Cabello respondía al solemne título de “The Hurting. The Healing. The Loving”. Más tarde, pasó a llamarse solamente “Camila”, aunque la reafirmación ha terminado estando de más: “Havana”, ese hit global, una especie de son elegantemente tuneado con Young Thug de invitado, ha convertido a la cubano-estadounidense en nombre propio tras su etapa girl-band en Fifth Harmony. Sin embargo, el single bandera de Cabello no es, en realidad, un termómetro fiable del disco, que no se deja llevar por la corriente “Despacito”.
ResponderEliminarCon el viento soplando a favor de los sonidos latinos y caribeños, únicamente la propia “Havana”, la reguetonera “She Loves Control” e “Inside Out” conectan abiertamente con las raíces de la veinteañera, camaleónica a lo largo de todo este “Camila” que (oh, novedad) no está atiborrado de sencillos ya trillados. En lo acústico (“All These Years”, “Real Friends”) y en lo hiperproducido (“Into It”, “In The Dark”), alejada prácticamente siempre de la pista de baile y sin contar con un chorro de voz a lo Beyoncé o Ariana Grande, su fórmula, pese a no ser precisamente genuina, funciona hasta completar uno de los primeros grandes ejercicios pop de la temporada. Entretenidísimo, emocionante y, lo que es más importante, prometedor.
Por Víctor Trapero ROCKDELUX